Las torrijas son el postre estrella de Semana Santa, durante los días festivos se pueden encontrar en todos los hogares, restaurantes y, por supuesto, en todas las panaderías y pastelerías. En este artículo vamos a hablar de ellas y cómo conseguir que éstas sean las mejores torrijas que jamás hayan probado tus clientes.
¿Cuál es el origen de las torrijas?
Siempre se ha pensado que este dulce nació a raíz de la abstinencia que había hacia ciertos alimentos durante la Cuaresma, pero no es así. Este plato ya aparecía en escritos romanos del siglo I d.C. mencionando un dulce muy similar. No obstante, las torrijas tal y como las conocemos en la actualidad, se originan en el siglo XV con el propósito de ayudar a las mujeres a recuperarse de su proceso postparto.
Este postre siempre ha estado asociado a la pobreza y servido de suplemento energético y calórico. No es de extrañar que en algún punto de la historia se haya decidido usar este plato durante la Cuaresma, introduciendo en algunos hogares el vino dulce en su receta.
¿Cómo se hacen las torrijas?
Para la receta de torrijas necesitaremos:
- 10 kg de harina de fuerza
- 10 kg de Sdelibrioche
- 2 kg de Azúcar
- 40 Huevos
- s.c. de Agua
Para empezar, con Sdelibrioche, debemos hacer barras parecidas a las de pan y cocer. Una vez horneadas estas barras, las dejamos enfriar durante unas 24 horas aproximadamente.
Una vez esté el pan frío, lo rebanamos. El grosor del rebanado es de vital importancia, ya que de este dependerá la jugosidad y la consistencia de las torrijas.
La receta de este postre tiene bastantes variaciones dependiendo del lugar, las hay remojadas en vino dulce, leche o almíbar, en este caso la receta de AB Mauri será a base de leche y vino dulce.
Así pues, para humedecer el pan sumergimos las rebanadas en la siguiente mezcla: 1 litro de leche templada con canela en rama, dos huevos batidos y 1/2 litro de vino dulce de Málaga.
Posteriormente, aconsejamos dejar durante unos minutos las torrijas sobre unas rejillas. La finalidad de esto es eliminar el exceso de leche, ya que la leche puede alterar la consistencia de las torrijas, que como ya sabéis deben quedar esponjosas.
Una vez remojadas, es el momento de rebozarlas con huevo batido. Para una correcta presentación de las torrijas, lo mejor es repetir el proceso anterior, es decir, dejarlas reposar sobre una rendija. Eliminando el exceso de huevo, las torrijas quedarán en perfecta forma evitando todo tipo de defectos estéticos, convirtiéndolas así en mucho más apetitosas para las clientes.
Para freír las torrijas, es preferible usar un aceite que no altere el sabor original de éstas, por ejemplo, el aceite de girasol por su sabor neutro. Una vez fritas, debemos dejarlas enfriar sobre una superficie absorbente para eliminar el exceso de aceite que han podido absorber durante el proceso de fritura. Para terminar, le hacemos la cobertura tradicional de azúcar y canela.
Recomendaciones Ab Mauri
La clave que garantiza la exquisitez de este postre reside en el pan, uno de corteza fina, una miga densa y poco alveolada para asegurarnos que sea capaz de absorber la cantidad de leche idónea.
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